Si el salmorejo tradicional ya es un imprescindible en los días de calor, esta versión con fresas te va a enamorar. El salmorejo de fresas es una receta original, colorida y sabrosamente equilibrada, que mezcla la acidez del tomate con el dulzor sutil de la fruta roja, sin perder la cremosidad del plato andaluz clásico. Es ideal como entrante frío, para sorprender a los comensales o como parte de un picoteo veraniego con un toque gourmet.
El contraste entre el tomate y la fresa es delicado y refrescante, y al añadirle vinagre balsámico, ajo y un buen aceite de oliva virgen extra, el resultado es un salmorejo con carácter propio, perfecto para quienes buscan versiones más ligeras y creativas. Además, el topping de queso feta y huevo duro aporta un extra de textura y proteína que convierte este plato en una opción muy completa.
¿Sabías que…?
La combinación de tomate y fresa no solo es deliciosa, sino que tiene sentido nutricionalmente: ambos son frutas ricas en antioxidantes y vitamina C, lo que convierte este salmorejo en un plato especialmente beneficioso para el sistema inmunológico y la piel.
Beneficios nutricionales
- Rico en vitamina C: las fresas y tomates refuerzan las defensas y mejoran la absorción de hierro.
- Bajo en calorías: al no llevar nata ni productos procesados, es una opción ligera y saludable.
- Grasas saludables: el aceite de oliva virgen extra favorece la salud cardiovascular.
- Fuente de fibra natural: las fresas y el pan aportan saciedad y mejoran el tránsito intestinal.
- Toque proteico si se sirve con huevo o queso: ideal para un almuerzo ligero y nutritivo.

Ingredientes
- 400 g de tomates maduros
- 400 g de fresas
- 1 diente de ajo
- 1 cucharadita de sal
- Un chorrito de vinagre balsámico
- 1 trozo de pan del día anterior (aprox. 50 g)
- 80 ml de aceite de oliva virgen extra
- Para servir: queso feta, huevo duro, fresas pequeñas y semillas de amapola
Elaboración
- Lava los tomates y las fresas. Retira los pedúnculos de ambos y trocéalos. Pela el ajo y retira el germen si deseas un sabor más suave.
- Coloca en el vaso de la batidora los tomates, las fresas, el ajo, la sal, el vinagre balsámico y el pan troceado. Tritura todo a máxima velocidad durante unos 2-3 minutos hasta obtener una mezcla cremosa.
- Con la batidora en marcha a velocidad media, incorpora el aceite de oliva poco a poco en hilo fino para lograr una emulsión suave y untuosa.
- Si prefieres una textura más fina, pasa el salmorejo por un colador o chino. Refrigera al menos una hora antes de servir.
- Sirve en cuencos individuales y decora con dados de queso feta, huevo duro troceado, una fresa pequeña y unas semillas de amapola para un toque crujiente y decorativo.