Cuando pensamos en el verano, uno de los platos que más nos apetece es sin duda un buen gazpacho tradicional. Esta receta, que ha conquistado paladares por generaciones, es una auténtica joya de la gastronomía española. El gazpacho tradicional combina ingredientes sencillos y naturales, ofreciendo una explosión de frescura y sabor en cada sorbo. Además, es ideal para mantenernos hidratados y llenos de energía en los meses más calurosos.
El gazpacho tradicional tiene sus raíces en Andalucía, una región soleada del sur de España, donde nació como un plato humilde de campesinos. A base de pan, aceite de oliva, vinagre, sal, ajo y hortalizas frescas, surgió como una solución nutritiva y refrescante para las largas jornadas de trabajo en el campo. Prepararlo en casa te conecta con esa tradición y te permite disfrutar de un plato lleno de historia y cultura.
Esta versión de gazpacho tradicional sigue la receta clásica, respetando la autenticidad de sus ingredientes y su sabor original. Además, te damos algunos trucos para conseguir una textura perfecta y un resultado aún más delicioso.
¿Sabías que…?
El gazpacho tradicional nació en Andalucía, en el sur de España, como un plato sencillo para reponer fuerzas durante las duras jornadas agrícolas. Su origen se remonta a épocas anteriores a la llegada del tomate a Europa, cuando se preparaba solo con pan, aceite, vinagre, agua y ajo. Con la incorporación de hortalizas frescas como el tomate y el pimiento, el gazpacho evolucionó hasta convertirse en el emblema veraniego que conocemos hoy. Su fama ha traspasado fronteras, consolidándose como uno de los platos más reconocidos de la dieta mediterránea.
Beneficios nutricionales
Alto contenido en antioxidantes: el tomate aporta licopeno, un potente antioxidante que protege las células del daño oxidativo.
Fuente de fibra natural: el pepino, el pimiento y el pan ayudan a mejorar la digestión y la sensación de saciedad.
Hidratación natural: gracias al alto contenido de agua en el tomate y el pepino, el gazpacho tradicional es ideal para combatir la deshidratación.
Vitaminas esenciales: rico en vitamina C, A y E, este gazpacho tradicional fortalece el sistema inmunológico.
Grasas saludables: el aceite de oliva virgen extra proporciona grasas monoinsaturadas beneficiosas para la salud cardiovascular.

Ingredientes
- 1 kg de tomates maduros
- 80 g de pepino pelado
- 50 g de pimiento verde
- 50 g de aceite de oliva virgen extra
- 1 diente de ajo sin germén
- 20 g de vinagre
- Un trocito pequeño de pan
- Sal al gusto
- Agua fría (opcional, para ajustar consistencia)
Elaboración
- Lava bien los tomates, el pimiento y el pepino, y trocea un poco. Pela y pica el diente de ajo.
- Corta el pan en trozos y humedécelo ligeramente con un poco de agua si está muy duro.
- Usa una batidora de mano o una licuadora para triturar todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea. Si prefieres una textura más fina, puedes pasar el gazpacho por un colador o un chino.
Ruidonsejos
- Si el gazpacho está demasiado espeso, puedes añadir un poco de agua fría hasta conseguir la consistencia deseada. Prueba y ajusta de sal si es necesario.
- Deja reposar en el frigorífico durante al menos 2 horas para que esté bien frío y los sabores se mezclen.
- Sirve en vasos. Puedes acompañarlo con trocitos de verduras (tomate, pepino, pimiento) y pan tostado si lo deseas.