Albóndigas al vapor con salsa especiada

Las albóndigas son uno de esos platos de toda la vida que nos llevan directamente a la cocina de nuestras abuelas, a esos guisos de domingo que perfumaban toda la casa. Sin embargo, hoy te presento una versión más ligera de este clásico, unas albóndigas al vapor con salsa especiada en la que sustituimos la fritura por una cocción al vapor. La técnica no solo reduce la cantidad de grasa, sino que mantiene la jugosidad y permite que la carne absorba todos los matices de la salsa especiada.

Esta receta de albóndigas al vapor con salsa especiada es una adaptación de una antigua versión que preparaba en robot de cocina, pero ahora la he transformado completamente para hacerla a mano, con utensilios tradicionales. Así, es accesible para todo el mundo, sin necesidad de aparatos sofisticados, y con el mismo resultado delicioso. La mezcla de especias le da un giro interesante y diferente al sabor habitual de las albóndigas, y el paso final de cocinarlas en la salsa les aporta ese punto meloso tan reconfortante.

Estas albóndigas al vapor con salsa especiada demuestran que comer saludable no está reñido con disfrutar de la cocina casera con todo su sabor.

¿Sabías que…?

La cocción al vapor es una de las técnicas más antiguas de la historia culinaria. Ya en la antigua China se usaban cestas de bambú para preparar alimentos al vapor, una forma de cocina que conserva nutrientes, respeta los sabores originales y permite reducir significativamente el uso de grasas añadidas. Hoy, esta técnica se ha adaptado a cocinas de todo el mundo como una opción saludable y versátil, perfecta para recetas como estas albóndigas.

Beneficios nutricionales

Menor contenido calórico: al no freírse, se reduce notablemente la cantidad de grasa absorbida por la carne.
Alto aporte proteico: la combinación de carne de cerdo y ternera proporciona proteínas completas necesarias para la regeneración muscular.
Ricas en antioxidantes: las especias como la canela y el comino tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Mejora digestiva: la cocción al vapor facilita la digestión y evita los aceites recalentados, que pueden ser pesados para el estómago.
Aporte de licopeno: el tomate cocinado contiene este potente antioxidante que ayuda a proteger nuestras células.

Ingredientes

Para las albóndigas

400 g carne picada, mitad cerdo, mitad ternera
65 g pan rallado
1 huevo grande
1 cdta. comino molido
1 cdta. pimentón picante
1 cdta. canela
20 g aceite de oliva
90 g cebolla

Para la salsa

300 ml salsa de tomate
250 ml caldo de pollo
100 g aceite de oliva
150 g cebolla
4 dientes de ajo

Elaboración

Pica los 240 g de cebolla y los 4 dientes de ajo finamente con cuchillo o en una picadora. Separa 90 g de esa cebolla picada para las albóndigas y reserva el resto para la salsa.
En una sartén, añade aceite de oliva y sofríe los 90 g de cebolla y ajo reservados con una pizca de sal durante a fuego medio, hasta que estén transparentes. Retira del fuego y deja templar un par de minutos.
Agrega a un bol grande la carne picada, el sofrito de cebolla y ajo, el comino, el pimentón, la canela, el pan rallado, el huevo y sal al gusto. Mezcla bien con las manos o con una cuchara de madera hasta que todos los ingredientes estén integrados.
Forma bolitas del tamaño de una nuez. Con estas cantidades salen aproximadamente unas 15 albóndigas. Colócalas enuna vaporera, dejando espacio entre ellas para que se cocinen uniformemente.
En una cazuela amplia, calienta aceite y añade el resto de la cebolla y el ajo picados. Sofríe a fuego medio, removiendo de vez en cuando.
Añade la salsa de tomate y el caldo de pollo al sofrito. Mezcla bien y deja que empiece a hervir suavemente.
Haz las albóndigas al vapor durante 25 minutos.
Una vez cocidas, incorpora las albóndigas a la salsa con cuidado y deja cocer todo junto, sin tapa, durante 10 minutos a fuego suave para que se impregnen bien del sabor sin romperse.
Sirve caliente, espolvoreando con perejil fresco picado y semillas de sésamo si te apetece un toque crujiente.