La receta que siempre deberías tener a mano.
El pesto clásico italiano es una de esas salsas que elevan cualquier plato en segundos. Típica de la región de Liguria, en Italia, su ingrediente estrella es la albahaca fresca, aunque la magia está en cómo se combinan el resto de sabores: el ajo, los piñones, el queso parmesano y el aceite de oliva virgen extra. Su nombre viene del verbo genovés pestare, que significa machacar, en referencia a su elaboración tradicional en mortero.
Aunque lo más habitual es usarla en platos de pasta, el pesto es también perfecto como aperitivo, untado sobre pan crujiente, para aderezar ensaladas, acompañar carnes o incluso como base de una pizza. Prepararlo en casa no solo es fácil, sino que el sabor no tiene nada que ver con las versiones industriales. Y si haces el doble, puedes conservarlo en la nevera en un tarro durante una semana sin problemas.
¿Sabías que…?
Aunque el pesto verde sea el más conocido, existen muchas versiones regionales. El pesto rosso, originario de Sicilia, incorpora tomates secos, y el pistou provenzal (Francia) prescinde de piñones y queso. El primero en dejar constancia escrita de una receta de pesto fue Giovanni Battista Ratto en 1863, en su libro «La Cuciniera Genovese».
Beneficios Nutricionales
- Rico en antioxidantes naturales: gracias a la albahaca y el aceite de oliva, esta salsa ayuda a combatir el estrés oxidativo.
- Fuente de grasas saludables: el aceite de oliva virgen extra y los piñones aportan ácidos grasos monoinsaturados beneficiosos para la salud cardiovascular.
- Aporte de calcio y proteínas: el queso parmesano es rico en calcio, fundamental para la salud ósea, y en proteínas de buena calidad.
- Energía rápida y saludable: los piñones y el aceite aportan energía inmediata ideal para comidas ligeras y completas.
Ingredientes (4 personas)
- 40 g de hojas de albahaca frescas
- 20 g de piñones tostados
- 30 g de queso parmesano rallado
- 1 diente de ajo (sin germen)
- 60 g de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
Elaboración
- Para hacer el pesto clásico italiano. Coloca en el procesador de alimentos las hojas de albahaca, los piñones, el queso rallado, el ajo y la sal. Tritura durante un minuto a velocidad progresiva hasta máxima. Baja los ingredientes de las paredes con una espátula y vuelve a triturar 40 segundos más.
- Con el procesador en velocidad media, incorpora el aceite poco a poco en forma de hilo. Deja que se integre todo durante 40 segundos más, hasta que obtengas una textura cremosa y homogénea.
- Puedes conservar el pesto en un tarro de cristal en la nevera hasta 10 días. Si lo cubres con una fina capa de aceite por encima, se conservará mejor.