Los huevos rotos con gambones al ajillo son la prueba de que los clásicos pueden reinventarse sin perder su esencia. En esta versión, las patatas son protagonistas: uso la Pataca de Galicia con Indicación Geográfica Protegida (IGP), famosa por su calidad y su sabor excepcional. Sobre ellas se sirven unos huevos camperos recién recogidos del gallinero, fritos en aceite de oliva virgen Abril, que aportan ese aroma frutado y equilibrado que convierte cualquier plato en un lujo sencillo.
El toque final lo pone el ajillo con gambones y una pizca de pimentón, que aporta ese sabor ahumado y picante tan característico. El resultado es un plato rústico, de los que se comen con cuchillo y tenedor, perfecto para una cena rápida pero con alma de domingo.
¿Sabías que…?
La Pataca de Galicia cuenta con Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que garantiza su origen y su cultivo tradicional en tierras gallegas. Su textura firme y su sabor característico la hacen ideal para frituras y preparaciones donde el protagonismo del producto es esencial.
Beneficios nutricionales
Rico en proteínas de calidad: los huevos y los gambones aportan proteínas completas y de alta biodisponibilidad.
Fuente de grasas saludables: el aceite de oliva virgen extra contribuye a mantener el colesterol a raya.
Alto contenido en potasio y fibra: las patatas gallegas ayudan al equilibrio mineral y al tránsito intestinal.
Aporte de antioxidantes naturales: el pimentón contiene capsaicina y betacarotenos beneficiosos para la salud.
Ingredientes (para 2 personas)
- 4 huevos camperos
- 2 patatas medianas Pataca de Galicia IGP
- 6 gambones grandes
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón dulce o picante (al gusto)
- Aceite de oliva virgen Abril
- Sal en escamas
- (Opcional) unas gotas de aceite de guindilla para servir
Elaboración
- Pela las patatas, córtalas en rodajas de medio centímetro y fríelas en abundante aceite de oliva hasta que estén doradas y crujientes. Retíralas sobre papel absorbente y sala ligeramente.
- En el mismo aceite, fríe los huevos a fuego medio-alto hasta que las puntillas estén doradas y las yemas queden cremosas. Retira con cuidado y reserva.
- Pela y lamina los ajos. En una sartén pequeña, añade un chorrito de aceite y dóralos suavemente hasta que empiecen a tomar color.
- Incorpora los gambones pelados y saltéalos un minuto por cada lado. Añade el pimentón fuera del fuego para que no se queme y mezcla bien.
- Monta el plato colocando una base de patatas, los huevos encima y vierte por encima los gambones con el ajillo y el aceite aromatizado.
- Rompe los huevos justo antes de servir y, si te gusta el picante, añade unas gotas de aceite de guindilla.