El bollo suizo es uno de esos clásicos que evocan tradición, elegancia y dulzura. De origen madrileño, estos bollos Suizos de masa tipo brioche deben su nombre al histórico Café Suizo de Madrid, un establecimiento ya desaparecido pero que marcó época por su repostería refinada. Suaves, esponjosos y delicadamente aromatizados con agua de azahar, los suizos se han convertido en una merienda habitual en muchas cafeterías, aunque no hay nada como hacerlos en casa para disfrutar de su textura recién horneada.
Estos bollos suizos destaca por su hendidura central, coronada con azúcar ligeramente humedecido, que se carameliza en el horno dejando una superficie crujiente y fragante. Si bien la receta de bollos suizos requiere paciencia por sus tiempos de fermentación, el resultado merece la espera: un interior tierno y sabroso, ideal para acompañar con un café con leche o una taza de chocolate caliente. Además, con el uso de azúcar invertido en la masa, se consigue prolongar su frescura sin perder jugosidad, un truco clásico de panadería que aquí cobra todo el sentido.
¿Sabías que…?
El Café Suizo, donde nacieron estos bollos, fue uno de los locales más frecuentados del Madrid del siglo XIX, especialmente por intelectuales y artistas. Su pastelería era reconocida por introducir técnicas europeas, especialmente suizas, en la repostería española.
El bollo suizo como lo conocemos hoy evolucionó a partir de las masas enriquecidas típicas de Centroeuropa, combinando el formato del brioche francés con el toque aromático del agua de azahar, tradicionalmente usado en dulces españoles como el roscón de Reyes.
Beneficios nutricionales
- Huevos: fuente de proteínas completas.
Aportan aminoácidos esenciales, vitaminas del grupo B y colina, importante para el sistema nervioso. - Leche: calcio para huesos y dientes.
Rica en proteínas y minerales como fósforo y potasio. - Mantequilla: energía y sabor.
Contribuye con grasas naturales y vitaminas liposolubles como la A y la D. - Harina de fuerza: ideal para fermentaciones largas.
Aporta elasticidad y estructura a la masa, permitiendo obtener un bollo más esponjoso. - Agua de azahar: aroma natural sin aditivos.
Además de su fragancia característica, posee propiedades relajantes y digestivas.

Ingredientes
Accesorios
- Bol
- Gancho de amasar (o manos y paciencia)
Prefermento
- 125 g de harina de fuerza
- 100 g de leche templada
- 8 g de levadura fresca
Resto de la masa
- 375 g de harina de fuerza
- 140 g de leche
- 60 g de azúcar invertido
- 40 g de azúcar blanca
- 3 g de sal
- 2 huevos
- 100 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
- Agua de azahar
- Azúcar blanca para decorar
- Huevo batido para pincelar
Elaboración
- Prepara el prefermento. Diluye la levadura en la leche templada y mézclala con la harina del prefermento. Amasa ligeramente hasta formar una bola. Tapa con un paño limpio y deja fermentar durante 3 horas a temperatura ambiente.
- Prepara la masa principal. En el bol de amasado, añade el prefermento, el azúcar blanca, el azúcar invertido, los huevos, la harina, la sal y la leche. Amasa 5 minutos en velocidad baja o a mano. Deja reposar 10 minutos.
- Incorpora la mantequilla. Con el robot en velocidad 1, añade la mantequilla troceada poco a poco. Cuando esté completamente integrada, amasa 5 minutos más. Reposa la masa otros 10 minutos y vuelve a amasar durante 5 minutos adicionales.
- Primer levado. Tapa el bol con un paño o film y deja fermentar durante 1 hora y 30 minutos, o hasta que la masa doble su volumen.
- Forma los bollos. Engrasa ligeramente las manos, divide la masa en porciones de unos 80 g, bolea cada una y colócalas en una bandeja con papel de hornear, separadas entre sí. Cubre y deja levar durante 1 hora.
- Decora y hornea. Pincela los bollos con huevo batido. Haz una hendidura longitudinal con una cuchilla o cuchillo afilado y coloca azúcar humedecido con unas gotas de agua de azahar en el corte.
- Hornea. Lleva al horno precalentado a 200°C durante 10 minutos o hasta que estén dorados. Enfría sobre rejilla antes de servir.
Notas de la receta
- Si no tienes azúcar invertido, puedes sustituirlo por 100 g de azúcar blanca en total.
- El azúcar invertido aporta humedad y mejora la conservación de los bollos. Puedes prepararlo fácilmente en casa: te dejo la receta aquí abajo
- Los bollos se pueden congelar una vez horneados y enfriados. Basta con envolverlos bien y calentarlos ligeramente antes de servir.
- Acompáñalos con una bebida caliente o úsalos como base para una merienda con mermelada o mantequilla.