Si quieres sorprender con un plato elegante, sabroso y lleno de contrastes, este solomillo con salsa de mango y cúrcuma es todo lo que necesitas. Combina la ternura de una buena pieza de carne con una salsa cremosa, ligeramente dulce y especiada que le da un giro inesperado y muy exótico. Perfecta para una cena especial, una comida de fin de semana o incluso como receta de celebración, esta preparación no solo es deliciosa, sino también muy nutritiva.
La clave está en cocinar el solomillo al punto justo para que quede jugoso y tierno, y acompañarlo con una salsa que lo potencie sin enmascararlo: la cebolla, el jengibre y el mango se funden con la cúrcuma, la soja y el caldo para crear un equilibrio de sabores espectacular. Además, la presentación con rúcula y trocitos de mango fresco le aporta color, frescura y textura.
Si aún no has probado esta combinación, te aseguro que el solomillo con salsa de mango y cúrcuma se va a convertir en una de tus recetas favoritas.
¿Sabías que…?
La cúrcuma contiene curcumina, un compuesto bioactivo con potentes propiedades antioxidantes que, combinado con la pimienta negra o la grasa del plato, se absorbe mejor y potencia sus beneficios. Además, el mango, más allá de su dulzor, es rico en enzimas digestivas naturales que ayudan a descomponer las proteínas. Una combinación no solo deliciosa, ¡sino también muy inteligente!

Beneficios Nutricionales
- Fuente de proteínas magras: el solomillo aporta proteínas de alta calidad con bajo contenido en grasa.
- Antiinflamatorio natural: la cúrcuma es conocida por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
- Refuerzo inmunológico: el jengibre y el ajo ayudan a fortalecer el sistema inmunitario y mejorar la digestión.
- Rico en vitamina C: el mango aporta vitaminas esenciales para la piel, los ojos y el sistema inmune.
- Alto contenido en minerales: la salsa de soja y el caldo contribuyen con sodio, hierro y otros minerales esenciales.
Ingredientes
- 1 solomillo de cerdo
- 1 cebolla roja
- 2 dientes de ajo
- Jengibre fresco al gusto
- 250 g de mango maduro
- 30 g de salsa de soja
- 1 cucharadita de ketchup
- 150 g de caldo (de carne o vegetal)
- 2 cucharadas de cúrcuma
- Rúcula y más mango para decorar
Elaboración
- Comienza dorando el solomillo en una cazuela por todos sus lados a fuego medio-alto. Esto ayudará a sellar los jugos y a crear una capa exterior sabrosa. Una vez marcado, lleva a una fuente tapa con aluminio y hornea el solomillo a 160 °C durante unos 20 minutos. Si tienes sonda, lo ideal es que el interior alcance los 68 °C para que quede jugoso y al punto.
- Mientras tanto, en la misma cazuela o sartén donde cocinaste la carne, añade la cebolla roja cortada en brunoise, junto con los dientes de ajo y el jengibre fresco rallados. Pocha a fuego medio-bajo hasta que la cebolla esté bien tierna y ligeramente caramelizada. A continuación, incorpora el caldo, la salsa de soja y la cucharadita de ketchup. Raspa el fondo de la cazuela para integrar todos los sabores y deja cocinar durante 10 minutos, permitiendo que los líquidos se mezclen bien y se concentren.
- Pasado ese tiempo, añade la cúrcuma y el mango triturado. Cocina unos minutos más hasta que la mezcla reduzca ligeramente y espese. Tritura la salsa con una batidora hasta obtener una textura cremosa y uniforme.
- Para servir, porciona el solomillo en medallones y acompaña con la salsa de mango y cúrcuma. Termina el plato con un poco de rúcula fresca y unos daditos de mango, que aportarán un contraste de color, textura y frescura ideal.